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En el sexo se experimenta y descubren nuevos métodos para una experiencia más placentera; por su parte el baile del tubo es uno de los más populares desde que se volvió viral en Norteamérica y ha cruzado fronteras para ponerlo en práctica de diferentes maneras.
Éste baile a evolucionado a un concepto fitness donde mujeres (y hombres también) buscan ejercitarse mientras se divierten y descubren su sensualidad convirtiéndose así en Pole Dance, un ejercicio completo que estimula muchos sentidos de quienes lo practican y el sexo no es la excepción.
Aunque ésta actividad ahora forma parte de una categoría deportiva y sigue luchando por romper estigmas, también se reconocen los múltiples beneficios que aporta a la sexualidad pues, así como otras actividades como ir al gimnasio también estimulan la atracción sexual sin pretender practicarlo, el pole dance genera cambios físicos significativos como el desarrollo de la fuerza y elasticidad que destacan para un sexo más placentero. El pole dance también aumentan la producción de endorfinas (hormona de la felicidad), explora diversos estilos de baile, juega un rol divertido y erótico además de que las personas que lo practican se sienten más seguras de sí mismas.
Hoy en día hay variedad de estudios que ofrecen clases de pole dance y que ayudan a sus alumnas y alumnos a conseguir sus objetivos dependiendo la categoría de su interés. Practicarlo y llevarlo a prueba con la pareja romperá la rutina, ambos se divertirán como nunca, tendrás un baile exclusivo de esa persona especial quien se esfuerza para reinventarse y mantener viva la pasión y erotismo. Poner un tubo o pole en tu casa resultará más práctico pues incentivará las ganas de seguir descubriendo ésta disciplina, fortalecerse así como practicar un sexo más apasionante.
Fuente: Huffpost